El ultragore alemán

A finales de los 80 surgió una corriente de directores alemanes que tenían en común el contar historias donde lo principal fuera el gore (y cuanto más sangriento y desagradable mejor) y rodarlas con medios casi-caseros.

A esta corriente se la denominó el ultragore alemán, que llevó las sangrientas películas de terror de los 80 a un nuevo nivel hemoglobínico.

La santísima trinidad de este estilo está formada por Olaff itenbach, Andreas Schnass y Jorg Buttgereit:

Olaf Ittenbach: Su bautizo cinematográfico Black Past (1989) trata de un espejo diabólico que incita a sus dueños a asesinar. Una excusa como otra cualquiera para comenzar el festival de vísceras.

En The Burning Moon (1989) fusionó dos mediometrajes ultragores y los unió con otra simple excusa: que son las paranoias de un yonki. A destacar la brutal escena del infierno.

Pero el verdadero pelotazo lo pegó con la serie Z Premutos: El Ángel Caído (1997) que ya cuenta una historia más interesante, llena de humor negro y con un gore más humorístico, que recuerda a los inicios de Peter Jackson. A destacar la gran matanza final, con sierra eléctrica incluída.

Su pericia con los efectos especiales y el maquillaje, que el propio Olaf llevaba a cabo en sus películas, le llevó ni más ni menos que a trabajar con otro director alemán: Uwe Boll. Así es, Olaf se encargó de hacer diversos efectos especiales y de maquillaje en BloodRayne, Seed y Tunnel Rats; ascendiendo de la serie Z a la serie B.

Andreas Schnaas saltó a la fama con su trilogía Violent Shit, cuyo contenido, por el propio título ya se puede imaginar: gore, gore y más gore. Aunque en la tercera parte, la mejor, hay incluso algo de trama y está ambientada en una tribu bárbara de la Edad Media, contanto con algo más de presupuesto.

Otras películas destacadas de Schnass son Goblet of gore (1996) y Nikos El Empalador (2003), ésta última rodada en Nueva York y con cameo de Lloyd Kaufman incluido.

Y en cuanto al bueno de Jorg Buttgereit, su gran contribución al subgénero fue Nekromantik (1987), una película de amor necrófilo que se convirtió en película de culto. Su segunda parte, Nekromantik 2 (1991), también está recomendada y no tiene nada que envidiar a la original en depravación.

En fin, espero que quien no conociera esta corriente, éste sub-sub-género que es el ultragore alemán, se anime tras este artículo a ver algunas de las joyitas mencionadas, aunque solo sea por curiosidad, eso sí, únicamente si se tiene estómago fuerte.

Este artículo fue escrito por Dr.Escroto y publicado originalmente en la web de la serie de terror Cementeriodehistorias.com