escrito por Dr.Escroto
AVISO DE SPOILERS: Para su mayor disfrute recomiendo leer la crítica una vez vista la película.

Qué bonito
Acudir al estreno de una peli de Star Wars no es como acudir a una peli de Jackie Chan amigos, en el ambiente se palpa una espectación y un nerviosismo importantes. La fe en la fuerza se siente en las butacas. Y es que Star Wars ha proporcionado mucha diversión a mucha gente. Tanta, que hay gente que incluso acampa ante la taquilla del cine para reservar su butaca, o se disfraza. Hay personas que incluso hacen las dos cosas. Lamentablemente en mi sesión hubo poco frikismo, a pesar de ser el día del estreno, y la única camiseta de Star Wars que vi en el lugar, fue la mía. Y de gente disfrazada o con sables lasers de juguete entonces ni hablamos. A pesar de esta pequeña decepción frikil, disfruté de la película como un niño.

Ya dijo mi madre que lo de acercar un mechero al pedo era peligroso
La peli comienza con una toma larguísima en la que 2 naves recorren una zona de batalla de las guerras clon que es quizás, lo mejor en efectos especiales que se ha visto hasta la fecha. Parece que uno esta montado en una montaña rusa, hasta vértigo se siente, y es solo la primera toma. Tras ese lucimiento tecnológico de la Industria Light and Magic tenemos una peli que es, sin duda, la mejor de la trilogía moderna, cosa que, pensarán algunos incluido yo, no es muy difícil, teniendo en cuenta los episodios I y II. Lo siento Lucas, pero es así, ya creíamos que el lado oscuro te había seducido y la Fuerza como director-guionista ya no te acompañaba, pero “La venganza de los sith” demuestra que la fuerza aún en ti está.

¡Que no! ¡Que no te voy a dar 1 euro puto yonki!
Aunque no llega al nivel de carisma de los personajes que tenía la trilogía original (Han Solo o el Yoda original, por ejemplo) es genial ver como Anakin Skywalker va poco a poco pasándose al lado oscuro, seducido por el lord Sidious. Lo que hacen las malas compañías.
Es la más seria y oscura de toda la saga. Jar-Jar no habla, cosa que agradezco personalmente a George Lucas. No hay criaturas animadas por ordenador intentando hacerse las graciosas, cosa de la que pecaron las reediciones especiales de Star Wars y el Episodio I especialmente.
En este Episodio III hay mucha violencia, con amputaciones, personas ardiendo a lo gonzo, y pequeños padawans muertos.
Fantástico el robot que debería dejar de fumar.
El guión ha mejorado: no hay las frases flipadas de mala película de acción como las de Anakin y Obi-Wan en el episodio II. Incluso hay algunas frases simplemente geniales como la que pronuncia Padme al autoproclamarse Palpatine como Emperador de la galaxia: “Así es como muere la libertad: con un estruendoso aplauso”.

“Padme, ahora que no está Anakin podrías hacerme una mamadita con esos labios carnosos”
Y es que la saga Star Wars siempre ha tenido mucha política de por medio, pero es en esta película donde se puede aplicar mejor al mundo en el que vivimos. “Mi imperio proporciona la paz. Y si no estás conmigo, estás contra mi.” dice Anakin, hablando como el mismísimo George Bush.
Hay más referencias políticas, aunque estas quizás sean insconscientes: Palpatine parece Pinochet cuando Mace Windu le va a juzgar y dice que no, que esta muy viejo y cansado. Luego Palpatine parece Fraga Iribarne con un culo en la frente.
El parecido razonable más oído por internet es el del Papa Benedicto XVI, pero a mi se me sigue pareciendo más a Fraga.
¡Y qué decir de esa música! John Williams es el Beethoven del cine. Yo creo que, al igual de que la causa de que el PP ganase las elecciones en el 96 y en el 2000 es su pegadiza música de campaña (no tiene si no otra explicación razonable), la principal razón del éxito de esta saga es su ya clásica melodía, esa que aparece al comienzo, mientras las letras se pierden en el espacio. Y qué decir de la marcha imperial, la representación del mal hecha canción. Qué escalofrío recorre el cuerpo cuando Anakin se pone por primera vez la máscara de Darth Vader y suena la Marcha Imperial así como a cámara lenta, acompañada de esa mítica respiración asmática. Y “Duel of the fates” esa magnífica musiquilla del duelo de sables laser que oímos por primera vez en el duelo contra Darth Maul del Episodio I, la oiremos durante los duelos Anakin-Obi Wan y Yoda-Emperador. Sólo la música sería suficiente para emocionarnos, pero ya junto a las imagenes de pelea con sables laser, es mejor incluso que el espectáculo de pirotecnia y música de las fiestas de mi pueblo.

Dato friki: esa lava de fondo es una grabación real del Etna en erupción
Algunas pegas tiquismiquis así, a botepronto:
La manera en que Padme muere: da a luz a Luke y Leia, suelta una frase y ala, la palma de repente. Muy poco creíble. Un poco más de sufrimiento no habría estado de más, al fin y al cabo, se está muriendo.
Tampoco me pareció muy acertado el doblaje del emperador, que parece a veces como de película de terror de serie B, con esa voz así como intentando acojonar, solo falta que diga “uuuuuuhh”. Y Anakin hay momentos en las escenas dramáticas que me recordó a Austin Powers. En serio, fijaros bien.
¿Y cuando Darth Vader sale de su mesa de operaciones arrancándose las argollas de las manos y andando y gritando como Frankenstein? ¿Alguien más sintió vergüenza ajena?

Multitud de heavies asistiendo a un concierto de Metallica
Y un pecado del cine actual: el exceso de efectos digitales. Con lo bien que quedaban los soldados imperiales o el chewbacca de la trilogía original con disfraces, sin ordenador ni gaitas. Con lo vivos que parecían Jabba y Yoda de la trilogía original, ¿por qué tienen que hacerlos por ordenador? Los efectos especiales han avanzado una barbaridad, pero aún se sigue notando que los bichos orgánicos, no son orgánicos, sino pixelados. Esto se nota únicamente cuando se pone un bicho digital al lado de un actor o un escenario real, pero es que se nota mucho. En mi opinión, es un fallo utilizar efectos digitales cuando se puede usar un disfraz, máscara, marioneta o maquillaje. No me digáis que no se nota el Anakin digital cuando éste aparece quemado y le van a poner la máscara de Vader. Hayden Cristesen (o como coño se llame el actor) con maquillaje de quemaduras habría quedado mucho más espectacular y creíble. El público sintoniza más con los personajes si siente que son físicos y no personajes de videojuego. Eso sí, las naves y escenarios parecen fotografías de naves y escenarios reales.

“¿Es aquí el plató del remake de Nosferatu?”
Lo bueno de esta peli es que no deja ningún cabo suelto, ni ninguna incoherencia con respecto a la saga original. Bueno, dejando aparte que R2D2 vuele con propulsores, que en “El Imperio Contraataca” Obi-Wan diga que Yoda fue su maestro Jedi (ni menciona a Cagón Jin) y que Leia diga en “El retorno del Jedi” que su madre murió cuando ella era muy joven, pero que recuerda que era muy guapa aunque triste. “Cuando yo era muy joven” dice, y tanto, como que murió en su parto.
Pero bueno, estas pequeñas incoherencias frikiles, aunque sean para darle dos collejas a George Lucas, son un pequeño granito en el jeta de una gran saga como es Star Wars, que tanto entretenimiento de calidad pata negra nos ha proporcionado.

R2D2: pequeño, pero cabrón
Los seguidores de Star Wars ahora estamos como huérfanos, con una sensación de vacío. Por una parte ahora se puede presenciar toda la historia de Star Wars en su esplendor, el puzzle ha sido completado, pero por otra parte una saga mítica del cine ha terminado.
Bueno, pequeños padawans, que la fuerza os acompañe hasta que se decidan a hacer el episodio VII, VIII y IX, que los harán, no lo dudéis, con Lucas o sin Lucas los acabarán haciendo. Como diría Yoda: “Poderoso caballero, don dinero es.”

¡Oh no! ¡Un Jordi Puyol digital!