Siempre he sido fan de Torrente, y defensor del personaje. Creo que Santiago Segura ha sido un genio creando un personaje cómico que refleja lo peor de España, y que a la vez es horrorosamente realista y cercano. Muchas personas echan pestes de las películas de Torrente, dicen que son cutres, casposas, de poca cultura. Y con eso definen al personaje y su mundo, pero las películas de Torrente, tanto técnicamente como artísticamente no las encuentro cutres en absoluto.
Lo que hace Santiago Segura con la saga de Torrente, es lo mismo que hacía Cervantes con El Quijote, o Valle Inclán en Luces de Bohemia. Torrente es esperpento. Es reflejar con comedia negra, los peores vicios, costumbres y personajes de la sociedad. Lo grotesco. La dictadura franquista todavía no superada, el gañanismo, lo paleto, lo freak de este país tan sufrido, caradura y corrupto. Desde el político hasta el yonki o el vagabundo. Lo mejor de cada casa.Y además lo expone con un humor descojonante, que provoca carcajadas hasta el dolor de tripa o casi el ahogamiento. «Que me meo» llegó a decir una señora sentada en el asiento de al lado, descojonada viva toda la película. Tiene un gran mérito Santiago Segura, al crear esta saga de películas que sirven de catarsis para la sociedad española. Nos reímos de nosotros mismos. Pero a la vez, nos está diciendo «Ei, esto de lo que os estáis riendo, realmente es patético y lamentable».
Hay que ser muy corto de mente, o tener poco sentido del humor, para no entender el personaje de Torrente y la fauna de personajes grotescos que le acompañan en la saga. Es increíble que alguien piense que Torrente es una apología del fascismo, o que mostrar cameos de famosetes varios de la telebasura, es apología de esa telebasura. El mensaje de Santiago Segura está claro: se está burlando de todo y de todos. Y quién no entienda que las películas de Torrente no son solamente comedias negras y escatológicas, si no que son la mejor crítica social de la España profunda…que lea un poco a Valle Inclán.
Centrándonos en esta quinta parte, decir que técnicamente la fotografía, el sonido, la música, efectos especiales, escenas de acción, etc…están cuidados y no tienen nada de cutres. En cuanto al guión, personajes, diálogos y gags, da exactamente lo que se le pide: unas buenas risas. Está claro que no es una película de Woody Allen…pero tampoco lo pretende. Y diré una cosa: ni con toda la filmografía de Woody Allen me he descojonado tanto como con las películas de Torrente. Al final, lo importante en una comedia, es que te haga reír, y Torrente lo consigue a carcajadas.
Si la primera parte era una especie de versión grotesca de Taxi Driver mezclada con thrillers de serie B, la segunda una parodia de James Bond, la tercera una versión de El guardaespaldas, la cuarta homenajeaba las películas de cárceles…en esta ocasión, se parodia el subgénero de atracos.
Si te hicieron gracia las anteriores, te molará también esta. Si no te va el estilo torrentiano, pues no pierdas el tiempo, hay muchas películas iranís por ahí que ver. O un maratón de Antonioni.
En fin, yo como fan absoluto torrentiano, colocaría esta quinta parte en mi particular top 5 de la saga, así:
1º Torrente 2: Misión en Marbella (con la que más me he descojonado, Cuco es la hostia)
2º Torrente: El brazo tonto de la ley (la que lo inició todo, el humor más negro de toda la saga)
3º Torrente 4: Lethal Crisis (su 3D me fascinó, los gags escatológicos alcanzaron una nueva dimensión. Y con Paquirrín me descojoné)
4º Torrente 5: Operación Eurovegas (si te quieres reír, con esta película te vas a reír)
5º Torrente 3: El protector (la peor de todas y con diferencia, la menos graciosa).
¡Viva Torrente! ¡Viva!
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