Por Dr.Escroto
A sus 82 años, Jess Franco ha muerto hoy. Con más de 200 películas, la última estrenada la semana pasada. Vivió rodando. Hasta el último día.
La mayoría de sus películas son una mierda. La mayoría son infumables. Muchas están rodadas en una semana, en planos secuencia interminables con el zoom de aquí para allá, para ahorrarse rodar planos y gastar tiempo en montaje. Pero a Jess Franco le daba igual. Él lo que quería era rodar y rodar. Vivir por y para el cine. Un cine lleno de monstruos y tías en pelotas. Rodó cientos de coproducciones hispano-italiana-alemanas-estadunidenses. No se sabe cómo, siempre consiguió que le produjeran sus caspas.
Durante el franquismo se las ingenió para no parar de rodar, en otros países, si hacía falta. Burlando la censura. Con cuatro perras. Pero, ¿qué más da? Si Jess Franco consiguió trabajar con Cristopher Lee y Klaus Kinski a sus órdenes. Hizo de ayudante de dirección y director de segunda unidad de Orson Welles. En «Campanadas a medianoche» se juntaron el considerado mejor director del mundo, y el rey de la caspa. ¿A quién le importa ese apodo? A Jess Franco desde luego, no, mientras siguiera rodando y pasándoselo de puta madre haciendo películas. Quentin Tarantino le tiene idolatrado, y hasta uso una canción de la BSO de «Vampyros Lesbos» en «Jackie Brown».
Director, guionista, actor (aparece en muchos de sus films), músico, cámara, montador, productor… Jess Franco usó cientos de apodos y nombres falsos, tanto para evitar omnipresencia en los títulos de créditos, tanto como método de márketing, ya que según el propio Jess Franco (en su autobiografía «Memorias del Tío Jess»), estrenaba tantas películas al año que así no saturaba a los espectadores, colando sus películas como si fueran de otros.
Zombies, Fumanchús, asesinos, Drácula, Frankenstein, Marqués de Sade, tetas, felpudos…el cine de Jess Franco es un vómito contínuo de cine de género, de entretenimiento. «El cine o es de género o es una mierda»-sentenció en una de sus muchas frases míticas.
No creo que exista persona en el mundo que se haya visto toda la filmografía de Jess Franco (probablemente, ni él haya visto muchas de sus películas una vez terminadas, ya que seguramente, se encontraría ya rodando la siguiente) pero con la experiencia que da haber deborado decenas de ellas, y de haber sobrevivido a tamaña hazaña, citaré algunas de las que han quedado en el recuerdo (por algo será):
-Killer Barbies: Hace tiempo hicimos un artículo sobre el grupo protagonista de la película, así como una reseña de ésta y de su infumable secuela. Aquí puedes leer el artículo.
-Kárate a muerte en Torremolinos: No es Jess Franco el autor (la película es del gamberro Pedro Temboury, al que también dedicamos artículo en su día) pero hace un cameo espectacular interpretando al fantasma del Maestro Miyagui. La película es una de las mejores serie Z de la historia. Descojone asegurado. Repitió cameo en «Ellos robaron la picha de Hitler», también del gran Temboury.
-Vampyros Lesbos: Pues eso. Vampiras. Lesbianas. En pelotas toda la película. ¿Quién da más?
-El ataque de las vampiras: Misma genial trama que la anterior. Igualmente recomendable. La musa erótica de Jess Franco (y más tarde mujer, ayudante de dirección, montadora…es decir, su inseparable compañera), Lina Romay, sale en esta película más sexy, despelotada y exhibicionista que nunca.
-Videoclip de Los Planetas: Jess Franco hace con este grupo lo que cualquier persona con dos dedos de frente que no sea un puto indie gafapasta ha deseado alguna vez: coserles a tiros. Gran videoclip, con reminiscencias de «¿Quién puede matar a un niño?». A continuación podéis verlo:
-Ilsa, the Wicken Warden: Jess Franco añade un capítulo más a la mítica saga de Ilsa, la dominatrix madurita que ya vimos hacer de las suyas en un campo de concentración nazi, un harén árabe y un gulag siberiano, en esta ocasión pervierte a las mujeres de un psiquiátrico que se encuentra en la selva sudamericana.
-Gritos en la noche: Hubo un tiempo en que Jess Franco rodaba bien técnicamente, cuidaba los planos y sus guiones tenían sentido. Gritos en la noche es, incluso, una buena película de terror.
-Drácula: Versión directa del libro de Bram Stoker, no es broma si decimos que esta película es quizás la más fiel a la historia original de todas las que se han filmado sobre Drácula. Con Cristopher Lee y Klaus Kinski. La hostia.
-Don Quijote de Orson Welles: La película es infumable, pero merece la pena destacar el esfuerzo de Jess Franco en recopilar y editar los fragmentos de la película inacabada de su «mentor» Orson Welles, y sacarla a la luz.
-El ojete de Lulú: Solo por el plano en el que se ve un ano fumando un cigarrillo merece la pena ver esta película.
Tengo que reconocer que descubrí a Jess Franco tarde, porque no era precisamente un director al que le solieran mencionar demasiado en los medios, es lo que tiene ser director de culto. Pero en cuanto conocí, gracias a «Killer Barbies» y «Karate a muerte en Torremolinos»al director, al personaje, su espíritu siempre cachondo y juerguista y sus películas, me fascinó, y es como si le hubiera conocido toda la vida.
Este hombre vivió por y para el cine, haciendo películas sin parar, haciendo lo que le salió de los cojones.
GRANDE JESS FRANCO.
Joder, entre tanto horror y cutrerío, lo peor sin duda la canción de los Planetas. Si es que deberían haber nacido muertos, joder.
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jua, jua, jua! Sr.Langas, ya se le echaba de menos por aquí!
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